Un mundo neurodiverso.

Por Aneika Pérez

El mes de abril es el mes de concienciación del autismo, pero más allá del simple conocimiento, lo que realmente se requiere hoy en día es la aceptación e inclusión.

Y la mejor manera de aceptar y dar espacio a la inclusión es entendiendo que la normalidad está en la diversidad, porque nuestras diferencias nos fortalecen.

Para entender el AUTISMO hay que empezar hablando de NEURODIVERSIDAD, simplemente entender que todos y cada uno de nosotros procesamos información de diferente manera; basta con poner atención a la gente que te rodea para notar que hay quien es más visual, es decir que aprende mejor a través de imágenes, o quizá le encantan los cómics, o habrá quien con tan solo escuchar una vez absorbe información y se comunica mejor con palabras, o a quien le cuesta expresarse hablando pero lo hace excepcionalmente bien escribiendo.

Bueno, pues el hecho de que alguien esté dentro del espectro del autismo simplemente denota que procesa información, es decir experimenta este mundo de diferente manera, lo cual tendría que ser fácil de aceptar, ¿cierto? Pues la realidad es que todos somos diferentes. 

Pero el asunto es que cuando estamos acostumbrados a algo y lo vemos como la norma, cuando de pronto se pone frente a nosotros algo que no conocemos, o no hemos visto antes, nuestra mente se encarga de hacer énfasis en la diferencia, desaprobar y peor, tratar de cambiarla para hacerla “aceptable” a lo que creemos que debe ser. 

Y esto lo vemos en cualquier situación de este mundo, la habilidad del ser humano para juzgar y separar es algo de cuidado.

Así que cuando hablamos de aceptación, lo que queremos es simplemente eso, dejar de juzgar, dejar de separar y dejar de querer “arreglar”. Más bien abrazar el hecho de que todos somos diferentes y ver las ventajas de un mundo neurodiverso; ponernos en los zapatos del otro, entender que sí, quizá hay muchas situaciones que agregan retos a la vida de una persona dentro del espectro del autismo, pero en lugar de querer cambiar a la persona y hacer que encaje, por qué no modificar el entorno, para que sus fortalezas se vean beneficiadas. En especial normalizar el hecho de que alguien se exprese o actúe de manera diferente a la propia.



Yo creo que hoy más que nunca tenemos la oportunidad para crear y sostener una realidad donde entendamos que somos tan diferentes como iguales, donde no haya cabida para la separación, sino para la unión y conexión, porque es justo eso lo que deseo no sólo para mi hija y mis hijos, sino para todos los seres humanos.


1 comentario


  • Valeria

    Gracias Aneika por tu artículo. Ponerte en los zapatos de los otros es fundamental para hacer conciencia.


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